A portas del inicio del Congreso Nacional para la Paz, la Asociación MINGA se pronuncia sobre la importancia de los cinco congresos regionales que se desarrollaron en días pasados.

Hemos dicho que saludamos los diálogos que se están llevando a cabo entre el gobierno y las FARC. Hemos dicho que nadie podría negarse a la posibilidad de caminar sin interrupciones por la vía de la paz; pero también hemos dicho vehementemente que este es un camino que debemos recorrer todos, no solo quienes están sentados en la mesa de la Habana-Cuba, o en las otras mesas que pudieran plantearse de las mismas características con otros grupos insurgentes.

La solución política de un conflicto histórico como el que hemos vivido, debe comprometer la conciencia nacional del pueblo colombiano, como garantía de sostenibilidad del mismo. En ese sentido es determinante generar los mecanismos que sean necesarios para movilizar la ciudadanía en torno a este propósito; desde la comunicación, la educación, la cultura y la participación en las decisiones políticas que deberán adoptarse.

Se trata de echar a andar un nuevo país enraizado en los sentimientos y prácticas de un pueblo diverso como el nuestro, sin exclusiones ni desigualdades. Interpretando estas realidades, la Constitución de 1991 planteó la necesidad de organizar el Estado con base en la descentralización, para que las regiones pudieran al fin lograr incidir en los asuntos de la nación, -desde la independencia, ese ha sido un factor de conflicto con el régimen político imperante. Otra cosa es que quienes siguieron gobernando, conservaron el sistema autoritario y represivo para mantener el sistema de privilegios.

En la perspectiva del Congreso para la Paz, la participación activa de los procesos regionales y sectoriales ha sido en consecuencia un principio fundamental en la construcción de la voluntad popular para asumir los retos que este momento histórico convoca.  Así es que se han realizado hasta el momento y de manera simultánea cinco congresos regionales que recogen previamente las propuestas de las comunidades de Magdalena Medio, Nororiente, Centro, Centro Occidente y Sur Occidente; propuestas que tendrán puerto en el  Congreso Nacional para la Paz, a realizarse del 19 al 22 de abril en la ciudad de Bogotá.

Estos espacios ponen sobre la mesa la construcción de la paz como sinónimo del poder popular, son muestra de la posibilidad de imaginarnos un país diferente y de crear lazos de unidad -aún en las diferencias- buscando construir unos mínimos para la paz. Ya estas grandes delegaciones de la sociedad civil, representadas en los congresos regionales han mandatado desde sus territorios. Solo queda esperar el mandato final que conlleve a una paz integral en Colombia.

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Asociación para la Promoción Social Alternativa MINGA

03 de abril  de 2013