Con gran emoción compartimos las palabras del líder Feliciano Valencia, tras su traslado al Centro de armonización bajo cuidado de las autoridades indígenas. 

Desde la Asociación MINGA, celebramos el traslado de Feliciano, gran amigo, con quien hemos caminado desde hace más de 10 años por la defensa de la vida, la autonomía y la permanencia en los territorios. Continuamos llamando al respeto y legitimación de la jurisdicción indígena y exigimos se declare prontamente su total inocencia ante los cargos que le han sido imputados…

«Soplan vientos de guerra en tiempos de paz, quiere decir que el amor por la vida está a punto de florecer.

Por ahora y con el más profundo afecto, van estas cortas pero sinceras palabras de agradecimiento, reconocimiento y compromiso en la causa.

Adorada familia, respetadas autoridades ancestrales, hermanos y hermanas indígenas, estimados compañeros y compañeras de luchas y resistencias, digna guardia indígena, amigos y amigas, comunicadores, bondadosa Madre Tierra, Altísimo Creador y toda la gente que me acompañó, ¡MUCHAS, MILLONES Y MONTAÑAS DE GRACIAS A CADA UNO Y CADA UNA DE USTEDES!

Solo la UNIDAD, el apoyo, la solidaridad y las buenas energías de cada uno y cada una de ustedes hicieron posible que le ganáramos una de las muchas batallas que tendremos que librar con los opresores de aquí en adelante. Acogido nuevamente en el regazo de la Madre Tierra y en condiciones mejores respiro con más tranquilidad, revitalizo mi espíritu y me preparo para continuar el camino.

Ruego ahora con la más férrea convicción de continuar UNIDOS Y UNIDAS, está demostrado que ¡SOLO LA UNIDAD NOS HARÁ LIBRES! el opresor lo sabe, por eso intenta a toda costa silenciarnos asesinandonos cuando les toca y encerrándosen en los muros y rejas de la ignominia. ¡No podrán, somos más! pero no cegarán en su empeño, hay que estar alertas y ser consecuentes para confrontarlos UNIDOS Y MOVILIZADOS como lo sabemos hacer, como lo hemos hecho y cómo lo tendremos que seguir haciendo.

Nos asiste una enorme responsabilidad, implica entonces tender puentes para juntarnos, sortear vacíos que generan división, superar paradigmas y construir lo que necesitamos, cuidar lo que tenemos y reconstruir desde los afectos lo que la guerra destruyó. Solo así será posible garantizar que nuestras malocas, tambos, yat walas, o casas grandes resistan las tempestades que se avecinan en tiempos de paz.

¡Seguimos en Minga!

Quiere decir entonces que pronto, muy pronto compañeros, hermanos y hermanas, amigos y amigas, mingueros y mingueras nos volveremos a ver por los caminos de las luchas, las esperanzas, las alegrías y la paz de los pueblos.

CON TODA LA FUERZA DE MI CORAZÓN – PHAI, PAHI. GRACIAS GRACIAS.

¡ABRAZOS!

FELICIANO VALENCIA Y FAMILIA»