Nos encontramos en un momento de la historia donde la humanidad se enfrenta a la crisis climática, al agotamiento de los bienes naturales, a la pérdida del valor y el sentido de la vida misma. Cuando todo se convierte en una mercancía que se desecha, cuando la riqueza de unos pocos es la principal enfermedad que mata millones, nos preguntamos, si al final de este camino existen alternativas o si por el contrario estamos condenados a desaparecer. 

Desde el Comité de Integración Social del Catatumbo -CISCA, decimos ¡sí! construir otro mundo, es posible. La convicción la encontramos cada día al salir el sol, al escuchar el canto de las aves, al sentir el olor del café, el calor del fogón de leña en la cocina, la compañía de una familia que a partir de ese momento se apresta a cumplir el propósito de su existencia: producir los alimentos, proveer el agua, hacer práctica la solidaridad, para garantizar la existencia de la comunidad. Sin embargo, lo bello del campo está en disputa, se agota, es lo que la humanidad ve perderse, ve derrumbarse: la vida, la soberanía y los alimentos para sobrevivir.

Ante estas amenazas, desde el Catatumbo impulsamos la soberanía alimentaria como una propuesta que pone en el centro de su interés al campesinado que produce, distribuye y consume alimentos, prioriza las economías locales y regionales en la búsqueda de la sostenibilidad ambiental, social y económica. Las principales protagonistas en la construcción de esta propuesta han sido las mujeres quienes día a día tejen con sus manos relaciones de resistencia que desde su cotidianidad establecen nuevas dinámicas sociales, libres de opresión y desigualdades, liderando actividades como la recuperación de semillas y razas nativas, y la diversificación en la producción basada en la Agroecología mediante la recuperación de saberes ancestrales propios de la economía campesina.   

El reflejo de esta apuesta la vemos desde el 16 de septiembre a las 10:00am, en “Resistencia”, el segundo capítulo  de la serie documental “Con los pies en la tierra”, realizada por los jóvenes de la región integrados al Cisca, con el apoyo de la Asociación Minga. Este capitulo, cuenta la historia de Marina Prieto, campesina, nacida y criada en el municipio de Teorama, actual presidenta de la Junta de Acción comunal de su vereda, quien comparte su experiencia de soberanía alimentaria, con la cual provee de manera permanente la alimentación sana y diversificada de su familia y su comunidad, vital apuesta que se adelanta, buscando entre otras, recuperar el carácter de despensa agrícola de la región. También nos muestra la importancia de la participación activa en las juntas de acción comunal como bastión del poder popular en el Catatumbo. ¡No se la pierdan!