En la vereda San Antonio de Mocoa, se realizó la décima sesión de la escuela de estudios sociales minero energéticos del Putumayo. Junto a las organizaciones participantes y sus respectivos líderes sociales, nos encontramos para discutir y analizar algunos elementos de orden coyuntural y estructural que vive el departamento y el país.
Así mismo, por medio de talleres sobre formas de organización del territorio, discusiones sobre el papel de la mujer en el mismo y reflexiones sobre el contexto socio-político que vive el país y sus repercusiones en el departamento, la escuela nuevamente fue un escenario para apoyar y acompañar la consolidación de algunos de los procesos organizativos presentes en la región.
Uno de los resultados de la escuela, fue la construcción de un mapa sobre la intensidad de la conflictividad en el departamento en los últimos dos meses: periodo en el que no hubo cese unilateral por parte de las FARC-EP. El sentido que guardaba este ejercicio era visibilizar las dinámicas del conflicto y la guerra en el departamento desde la perspectiva de los sectores sociales. Para ello se definieron seis convenciones que identificaban en diferentes colores: 1) los combates o confrontaciones entre bandos militares en disputa, 2) los lugares donde se hubieran registrado daños ambientales, 3) hechos violentos que dejaran como resultado final personas asesinadas, 4) ataques a la infraestructura y atentados a puestos de policía o bases militares, 5) las zonas por donde las personas consideraban que tenían algún nivel de riesgo o amenaza de encontrar una mina, o elemento explosivo y 6) los conflictos de tipo minero energético, sobre todo conflictos entre comunidades y empresas trasnacionales.
Construcción colectiva, Mapa intensidad conflictividad en Putumayo
Otra de las actividades que tuvo lugar durante ésta sesión de la escuela, consistió en una caminata por la vereda; allí se pudo ubicar un panorama en el cual se expresaban claramente las dinámicas del modelo extractivista, de su visión instrumental del territorio y la afectación de los recursos naturales en el departamento. El avistamiento del imponente y hermoso cerro Mocoa durante la caminata, y la noticia de la concesión de ésta fuente hídrica y de vida para el departamento y para la Amazonía a la explotación de cobre por parte de la Anglo Gold Ashanti, también sirvió para la reflexión y el análisis por parte de los participantes de la escuela sobre las dinámicas dañinas que el modelo capitalista y su visión neoliberal no quieren reconocer; ya que los graves perjuicios a la vida y a la naturaleza que la explotación minera por parte de las multinacionales harán en este lugar, son inminentes.
Por el camino de la vida digna van los líderes populares del Putumayo: defendiendo el territorio y construyendo esperanzas.
En esta sesión de la escuela, se tuvo la oportunidad de contar con la presencia de varios delegados de la Comisión por la Vida del Agua del Caquetá. Con ello se propició un espacio de intercambio, socialización y discusión alrededor del conflicto social vigente en esta parte del país; luego de presentarnos una parte de su experiencia organizativa y las respectivas dinámicas de movilización y resistencia que han sostenido con la comunidad de Valparaíso como consecuencia de la intervención en sus territorios por parte de la empresa Emerald Energy para explotar el petróleo en esta zona del Caquetá.
En síntesis, la décima sesión de la escuela de estudios sociales minero energéticos del Putumayo concluyó con éxito. Fue un escenario de encuentro, socialización, formación y enriquecimiento de las experiencias organizativas participantes.
Cerro Mocoa: Fuente de vida para las comunidades; fuente de “inversión, desarrollo y ganancia” para el modelo extractivista actual.