Después de medio siglo de guerra, Colombia está experimentando el fin del conflicto armado por la vía negociada y el comienzo de la construcción de una paz estable y duradera.
La violencia relacionada con el conflicto armado y la tasa de homicidios vinculada a este, son las más bajas en los últimos 30 años, y ex integrantes de las FARC han dejado las armas para contribuir activamente a la restauración del tejido social.
A pesar de las deficiencias en la implementación de los acuerdos de la Habana y los retrasos en el proceso con el ELN, nunca se habían generado tantas esperanzas entre millones de víctimas y amplios sectores de la sociedad civil que sueñan con un país en paz, que supere sus condiciones de atraso, marginalidad y exclusión, y que garantice y permita la lucha por sus derechos.
Dependiendo del resultado de las elecciones presidenciales, podrán materializarse las esperanzas de un país incluyente y con derechos para todos/as o los riesgos y amenazas de un retorno a opciones de guerra, y de consolidación de la impunidad, la corrupción y el clientelismo que han impedido la paz, las garantías de no repetición de los hechos victimizantes y la democracia en Colombia. Un riesgo similar se prevé para la concertación y adopción de medidas para mejorar la situación de derechos humanos y las garantías para su defensa.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos tenemos en la memoria los graves impactos en materia de respeto a los derechos, la paz y el Estado de Derecho de los dos gobiernos de la “Seguridad Democrática” y por ello, al igual que millones de víctimas, sectores sociales y regiones más afectados por el conflicto, nos preocupa la perspectiva de un retorno a escenarios de guerra, despojo, victimización e incumplimiento de los Acuerdos de Paz con el pretexto de hacerles modificaciones que ocultan el afán de hacer destruir lo ya pactado y garantizar la impunidad de quienes se han beneficiado con la violencia política.
Desde las plataformas de derechos humanos que suscribimos esta comunicación, llamamos a toda la sociedad civil a expresar su apoyo decidido a continuar por el camino de la construcción de la paz con transformaciones democráticas y de implementación cabal de los Acuerdos de la Habana, lo mismo que culminar y acelerar el proceso ya iniciado de diálogos con el ELN respaldando masivamente en las próximas elecciones las propuestas que han demostrado de manera clara su compromiso con estas apuestas.
Solo con el respaldo masivo de la ciudadanía a los esfuerzos por alcanzar una paz integra, definitiva y completa podremos alcanzar el sueño de una nación más justa, equitativa y con vigencia plena de los derechos humanos, ambientales, económicos y sociales de hombres y mujeres, que hoy tienen la oportunidad de superar cerca de seis décadas de guerra, clientelismo, exclusión y negación de posibilidades de desarrollo para las mayorías.