La escuela nacional de mujeres del Coordinador Nacional Agrario, es una apuesta que desde la Asociación MINGA venimos acompañando por la importancia del reconocimiento del papel de la mujer en los procesos sociales. Compartimos el artículo del equipo de comunicaciones del CISCA sobre el más reciente encuentro de esta Escuela…
La segunda Escuela Nacional del Coordinador Nacional Agrario -CNA-, que se realizó en Ocaña en Norte de Santander del pasado 7 al 10 de abril de 2016, contó con la participación de delegadas provenientes de Santander, sur del Cesar y de toda la región del Catatumbo. Su objetivo fue avanzar en la construcción de la agenda de lucha al interior del movimiento social campesino organizado en CNA.
María Ciro, del equipo político del Comité de Integración Social del Catatumbo –Cisca-, manifestó que, “es importante tener una agenda en el sector agrario donde se reclame entre otros la tierra para las mujeres, la distribución de los ingresos, mejores condiciones laborales en el campo, la erradicación de todas las forma de violencia hacia la mujer, el reconocimiento de nuestro aporte a la cultura, a la economía y a la sociedad; y que no sigamos siendo, como se identifica normalmente, la cara de la pobreza en el sector rural”.
Ciro enfatizó en la relación entre la construcción de paz y la importancia de la participación de las mujeres: “Cuando planteamos que nos identificamos con propuestas de una paz completa, con cambios y transformaciones, queremos decir que si transformamos el modelo capitalista erradicamos un sin número de violencias contra la mujer, construimos relaciones de solidaridad y equidad entre hombres y mujeres, y reconocemos la igualdad de derechos; lo que algunos pueblos indígenas denominan complementariedad en el marco del Buen Vivir y lo que en la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo –Cloc- y la Vía Campesina, denominan “paridad de género”. Los cuales constituyen referentes distintos a los que potencia el modelo capitalista. Existe, así pues, una relación directa entre la posibilidad de construir la paz a partir de transformaciones y la erradicación de todas las formas de violencia y subordinación de las mujeres”.
Por su parte, María Mosquera Uribe vocera de Barrancabermeja, Santander, agregó que “El evento del CNA es muy bueno, porque se aprendió muchas cosas; y nos hemos capacitado para ir a enseñarles a la demás compañeras de las veredas. Igualmente, Es muy importante que se siga fortaleciendo estos espacios para prepararnos como mujeres campesinas”.
Así mismo, Diany Garcia vocera del Movimiento de Trabajadoras y Trabajadores Campesinas y Campesinos Comunidades del Cesar‐ MTCC ‐, argumentó que en la escuela se definieron temas importantes para fortalecer el proceso, entre ellos el tema de la paz ya que Colombia está pasando un momento crucial. Además resaltó, “Esta escuela Nororiental ha sido importante para encontramos e intégranos para avanzar en la apuesta política como Nororiente, en la cual contribuye a nivel nacional al CNA”.
La economía propia de las mujeres
La líder comunitaria Sonia Torres, del municipio de Hacarí, del departamento de Norte de Santander, expresó la importancia de los procesos colectivos de economía propia en la región del Catatumbo: “Nosotras hacemos un trabajo colectivo donde producimos yogurt, cremas, aceites y gotas para la tos y el estrés; mensualmente hacemos en promedio 50 cremas, 100 frascos de gotas y 150 yogures. Es un trabajo muy importante para las mujeres de la región pues nos da a conocer y rescatamos nuestros saberes ancestrales como la medicina natural; un trabajo que además, significa un apoyo económico muy importante para nosotras y de gran beneficio para nuestras familias”.
Este encuentro hace parte de un proceso de formación colectivo que viene desde la Primera Escuela Nacional de Mujeres realizada en el mes de octubre del 2015, donde las mujeres debatieron la plataforma política del CNA y la necesidad de una agenda propia en esta organización del movimiento social; banderas de lucha como mujeres del campo.