Las y los colombianos asistimos a un momento histórico excepcional. Después de vivir largas décadas de guerra, hay una enorme esperanza en que fructifique una salida política negociada a ese conflicto armado que ha signado amargamente nuestra historia.

Reconocemos la fuerza enorme y creciente del movimiento democrático y popular que anhela salir del laberinto y enrutarse por los caminos de la construcción de una patria con paz, democracia y soberanía. La salida política de Conflicto se ha iniciado con los diálogos entre las Farc-Ep y el Gobierno Nacional. Constatamos que son hechos positivos los avances en la Agenda acordada, la constitución de la comisión histórica para esclarecer el origen del conflicto armado; los diálogos directos con las víctimas de diverso origen; el diálogo cauto pero directo entre militares e insurgentes; los foros organizados por las Naciones Unidas y la Universidad Nacional en torno a los puntos de agenda de La Habana.

Hoy, más que nunca, es tarea de este vasto movimiento por la paz persuadir y convencer y, si no, aislar a los sectores que de manera soterrada o abierta se oponen a la continuidad del proceso de diálogos. Es imperioso construir, creadora y colectivamente, los escenarios pertinentes para que la sociedad mayoritariamente demuestre su voluntad para rodear el proceso.

En esta etapa es absolutamente indispensable que haya un solo discurso del Gobierno, sin provocaciones ni dobles agendas de paz, porque ello genera desconfianzas, eleva el escepticismo y estimula a los enemigos de la salida política. De igual forma exigimos coherencia en sus políticas sociales y económicas que a todas luces son contrarias a los avances alcanzados en la mesa de negociación y a las exigencias históricas de transformaciones.

Valoramos los diálogos exploratorios adelantados con el ELN, demandando que las conversaciones formales y públicas con este movimiento insurgente se inicien en la brevedad posible; al igual que las aproximaciones para diálogos que han de realizarse también con el EPL.

La consolidación del proceso exige construir un diálogo integral con todas las insurgencias – Farc-Ep, Eln y Epl -, con la clara comprensión que la salida política no es unilateral ni reduccionista, sino que es una salida buscada por todos, lo que le da su carácter de integralidad. No se puede aceptar una paz firmada por pedazos, se requiere, por el contrario, una aproximación de conjunto con todas insurgencias que, respetando las diferencias, nos acerque a posibilidades reales de construcción de un nuevo país.

Como una muestra concreta de voluntad política entre las partes, proponemos que se declare un cese bilateral de fuego este fin de año 2014. Tal acción recíproca generaría mayor confianza y aislaría a los guerreristas de todo tipo, quitándole argumentos a sus manidas declaraciones. La propuesta de fin de año 2014 sin guerra, cuenta con un amplio respaldo del movimiento por la paz y contaría con el de importantes actores de la comunidad internacional.

No es tiempo de exclusión sino de confluencia, diálogo, movilización y potenciación del movimiento ciudadano, social y popular por la paz.

Por todo lo anterior resulta inaplazable la confluencia de las instancias sociales y políticas que propugnamos por la paz. Dentro de este movimiento plural y amplio por la paz debemos articularnos las plataformas políticas, las iniciativas de paz, la academia, las ONG, los artistas, movimientos cristianos e interreligiosos por la paz, el movimiento popular en toda su variedad de manifestaciones, las mujeres, las etnias, los pobladores urbanos y rurales, los medios de comunicación masivos y alternativos, sectores lgtbi, etc. No es tiempo de exclusión sino de confluencia, diálogo, movilización y potenciación del movimiento ciudadano, social y popular por la paz.

Hacemos un llamado urgente al conjunto de la sociedad para que participe realmente en este proceso, lo que significa en primera instancia que el pueblo habla, que el pueblo se moviliza, que el pueblo se apropie de su destino, desencadenando un vigoroso proceso constituyente hacia un nuevo pacto o contrato social y político, que eleve a principio rector la paz con democracia real, la vida digna y la soberanía nacional.

Procuraremos establecer para el 2015 un horizonte común de acción, un marco de referencia político compartido y una secuencia de acciones de movilización, deliberación, mandato y voto que se constituyan en baluarte de la paz que estamos construyendo entre todos y todas.

Como un importante momento de esta confluencia de esfuerzos y pensamientos, estando en el marco de 100 días de acción convergente por la paz, convocamos a que este fin de año realicemos la Reunión Nacional de Convergencia por la Paz el Miércoles 10 de diciembre a las 8:00 am en la USO-Bogotá y la Movilización por la Paz en todo el país, la cita es el mismo día en la Capital a las 4 p.m. en la Cra. 7a con Calle 26.

¡ 2015: AÑO DE GRAN CONVERGENCIA POR LA PAZ !

Vamos a llenar las Plazas, vamos a llenar de pueblo la Paz… ¡Vamos por un fin de año SIN GUERRA!

Frente Amplio por la Paz con Justicia Social, Clamor Social por la Paz, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Movimiento Progresistas, PCC, Central Unitaria de Trabajadores, Comosoc,Colectivo Mariana Grajales Coello, Movimiento por la Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad, Mesa Ecuménica por la Paz, Fecode, USO, ONIC, Viva la Ciudadanía, Redepaz, Mujeres por la Paz, Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Movice, Asociación MINGA, Codhes, Vamos por los Derechos, Mencoldes, Redunipaz, CPDH, Comité de Impulso al Consejo Nacional de Paz.