Compartimos el artículo de Semana.com  a propósito del lanzamiento del informe 2017 del Programa de Protección a líderes y defensores de DDHH Somos Defensores, del cual hacemos parte.

Este jueves 1 de marzo la organización Somos Defensores lanza su informe sobre la situación de los líderes sociales en 2017. El coordinador de esta investigación, Carlos Guevara, cuenta algunos de los principales hallazgos.

Durante la última década, la organización Somos Defensores ha venido reportando las agresiones sistemáticas contra los defensores de derechos humanos en Colombia. Este jueves 1 de marzo presentará el informe de 2017, sin duda uno de los años más turbulentos para todos los líderes sociales en la historia del país.

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“Su trabajo es matar líderes sociales”, es la primera oración que aparece en el video expectativa que promociona el informe y que contiene una cifra escalofriante: 106 personas fueron asesinadas para interrumpir su trabajo social. La conclusión es evidente: “Ser líder social en Colombia es convertirse en una piedra en el zapato para quienes quieren acaparar todo el poder en un territorio”, dice Carlos Guevara, coordinador del informe y miembro de Somos Defensores.

Generar esta incomodidad para los poderes locales y nacionales casi siempre se paga con la vida, pero ese no es el único precio. Los líderes sociales también sufren amenazas, atentados, persecución penal y robo de información, entre otras prácticas que buscan que desistan de sus objetivos.

Las zonas más peligrosas para los defensores de derechos humanos son Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Antioquia y Norte de Santander. Para Guevara, el hecho de que estas sean las regiones más tensas coincide con una profecía que lanzó el jefe paramilitar Carlos Castaño cuando hace 20 años dio inicio a la lucha a sangre y fuego contra las guerrillas.

“En ese momento dijo que había que arrinconar a la guerrilla con una letra L imaginaria trazada entre la frontera con Venezuela, Panamá y Ecuador, y esas son justamente las regiones donde ahora se están presentando la mayor cantidad de asesinatos contra los defensores sociales”, dice Guevara.

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A pesar de que consolida una cifra de líderes asesinados durante 2017, en el informe se afirma que en la mayoría de los casos los autores de los crímenes son desconocidos. Sin embargo, propone que existe una tendencia que pone la lupa en los grupos paramilitares y narcotraficantes como los principales responsables. También están las guerrillas e incluso la Fuerza Pública, que estaría involucrada en cinco de los homicidios.

Aunque casi la mitad de los defensores asesinados estaban trabajando en la implementación de alguno de los cinco puntos del Acuerdo de paz con las Farc, el informe también señala que hay múltiples razones que podrían relacionarse con los homicidios.

“Los líderes en general están metidos en varias causas al tiempo. Aparte de lo que tiene que ver con conflictos emergentes de la paz, como la sustitución de cultivos o la participación en política, también existen disputas por proyectos de extracción de minerales e incluso por denuncias de corrupción, como ocurrió con el personero de Puerto Rico, Caquetá, cuyo asesinato tuvo que ver con este tema”, explica Guevara.

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Por último, el documento resalta que aunque la impunidad sigue siendo muy alta, la Fiscalía ha logrado avanzar en el 30 por ciento de los casos. Esto quiere decir que pasan de la etapa de indagación a la de investigación o juicio, lo que ha permitido la identificación de los presuntos responsables y de las causas que podrían haber llevado al asesinato de esas personas.