En el enfoque de organización de nuestros pensamientos y acciones buscamos prefigurar la perspectiva de sociedad que visionamos, siendo consecuentes con el principio comunitario que implica el vivir dignamente en minga. Nos oponemos por lo tanto a toda relación que instrumentalice, jerarquice y discrimine, y al autoritarismo que tales prácticas conllevan. Nos oponemos también a la fragmentación y la compartimentación, y le apostamos al pensamiento holístico y la práctica sistémica. El trabajo colectivo nos cura de la competencia, la desconfianza y la corrupción, y nos forma en un compromiso con una alta responsabilidad social y cuidado de los bienes comunes.

Comprendemos la Dirección como el camino-horizonte del Proyecto Institucional, definido con la participación decisoria de quienes aportamos a su construcción desde diferentes ideas, lugares y prácticas. Tal Dirección la realizamos a través de un Plan Estratégico que trazamos para un período de cinco años, ajustándolo de acuerdo a los aspectos fundamentales que en ese lapso consideremos van a determinar el desarrollo de los contextos.

Todos esos criterios los traducimos orgánicamente en equipos y responsabilidades individuales donde se conjugan lo territorial, lo temático, los ejes metodológicos y los escenarios nacionales e internacionales de actuación, sociales e institucionales. Así nos hemos estructurado en una Asamblea General, una Junta Directiva, una Dirección Ejecutiva y un Equipo de Trabajo, político y administrativo.

Ni las pirámides, ni los esquemas horizontales centro-periferia representan nuestra dinámica organizativa. En principio, porque procuramos un relacionamiento para la emancipación de los individuos y colectivos, no para la dependencia; y en lo práctico, porque nuestra estructura no es estática, nos agrupamos en la realización de tareas concretas para momentos determinados de los procesos que acompañamos. Entonces articulamos perfiles de acuerdo a los temas y ejes metodológicos que sean requeridos en tales tareas. Sin embargo, tenemos un referente básico en términos de equipos: los territorios y los escenarios nacionales.

Por la especificidad del trabajo existen tres equipos de composición permanente: el administrativo, el jurídico y el de protección. Este último está dispuesto totalmente para el Programa Somos Defensores, en el que se conjugan varias líneas de acción: en lo pedagógico, las comunicaciones, la incidencia política, la protección directa y el soporte del Sistema de Información sobre Agresiones a Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, SIADDHH.

En MINGA centramos los esfuerzos también en la cualificación humana, ético-política y profesional de quienes se comprometen en este proyecto institucional, facilitando las condiciones para ello en procesos individuales y/o grupales. Y procuramos que el desarrollo de nuestra visión y nuestra misión la hagamos en una ambiente afectiva y estéticamente armónico, y con los recursos técnicos apropiados.