Desde la Asociación Minga compartimos comunicado emitido por el Comité de Integración Social del Catatumbo CISCA en el marco del Paro Nacional en Colombia. 

Porque denunciar la corrupción en el sistema de salud
no nos puede costar la vida.
La salud de un pueblo no puede ser el botín de unos pocos.
En homenaje a Jorge Solano.

Enviamos un saludo y un abrazo solidario a todas las familias de las y los jóvenes que fueron asesinados en el ejercicio del derecho a la movilización, por este Estado opresor. Ante un gobierno que cada día emprende iniciativas de desmonte de derechos, el pueblo se ve obligado a salir con más fuerza a las calles. Hoy nos convocamos para manifestarnos en contra de la ley de reforma a la salud, que busca avanzar en la consolidación de este derecho como un jugoso negocio que abre las puertas a la inversión extranjera.

Las medidas contempladas en esta reforma no resuelven los problemas de fondo del actual sistema de salud, en tanto no mejora las condiciones de dignidad del personal de la salud, no modifica el tratamiento desigual que se recibe entre el régimen subsidiado, el contributivo y la medicina prepagada, por el contrario, otorga más privilegios para el que mejor pague. Lo más grave es que busca acabar con la red hospitalaria púbica, en especial con la disposición de servicios en zonas marginadas, desconociendo el principio que “[L]a extensión de la red pública de servicios no depende de la rentabilidad económica sino de la rentabilidad social”.

Así, la presente reforma no ampliará la red pública, no atenderá las demandas de mejoramiento de infraestructura, ni el cubrimiento de deudas al personal de la salud, y pone a competir los centros de salud y hospitales públicos con empresas privadas, que contarán con inversión extranjera. La reforma lo que plantea es un mayor ajuste a la red hospitalaria pública en función de la rentabilidad económica, creando para zonas rurales donde la dispersión de la población es alta, una única Aseguradora de Salud.

El panorama de la salud en el Catatumbo, sin reforma, ya es desolador. Contamos con: Una enfermara para cada 783 habitantes Un médico por cada 2.200 habitantes, y casi la mitad de ellos están en Ocaña. Un hospital para 60.000 habitantes Un centro de salud para 43.000 habitantes Una ambulancia para 7.000 personas, que atienden en casos como El Tarra, 60 remisiones por mes. En la región existen diez EPS, que reciben anualmente casi 165 mil millones de pesos para la atención del 85% de la población que pertenece al régimen ubsidiado. Estos recursos son girados por el Estado, pero a los hospitales, centros y puestos de salud no llegan, prueba de ello es la falta de insumos y las deudas adquiridas por las EPS por más de 1.150 millones de pesos.

Esta realidad debe y tiene que cambiar, no para enriquecer más a los ricos, debe y tiene que cambiar para garantizar un derecho fundamental al pueblo, la salud.

¡Abajo la reforma a la salud ¡

¡Viva el paro nacional ¡

Descargue aquí el comunicado

Conozca  aquí imágenes de movilizaciones en la región del Catatumbo

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