Ni de derechos, ni humanas son las máquinas que buscan exterminar al pueblo Awá que se enfrenta a la indómita, trivial y vulgar cultura de la muerte, cada vez más instaurada en Colombia. No importa ante quién y frente a quién se mata. Hay quienes equivocadamente piensan que el destino final de las luchas sociales llega hasta las rodillas de los asesinos que niegan el derecho a la vida; quiénes piensan que ahí termina la prosperidad de los libertarios, de los irreverentes, de los diversos y de los nadies.
Esta guerra y sus muertes no tiene nobles razones frente al riesgo de la democracia, la seguridad, la soberanía nacional, el orden y la libertad. Con la misma plegaria que se come la hostia se mata.
Las masivas y sistemáticas muertes contra el pueblo Awá continúan en el coliseo de las sombras. Es una total sinrazón lo sucedido el pasado 3 de julio en el Resguardo Inda Sabaleta, corregimiento de Llorente, municipio de Tumaco, Nariño, donde las vidas de tres jóvenes entre 20 y 35 años de edad fueron asesinadas indiscriminadamente: Juan Orlando Moreano, gobernador suplente del Resguardo, reconocido líder de su organización y quien contaba con mediadas de protección, Jhon Faver Nastacuas y Carlos José García, ambos integrantes activos de la Guardia Indígena.
De nada han servido los tres autos de la Corte Constitucional ni las medidas cautelares proferidas por la CIDH a favor de la vida de este pueblo indígena y sus procesos organizativos, entre estos el de la Unidad Indígena del Pueblo Awá, UNIPA.
Desde la Asociación Minga repudiamos y condenamos a los actores de este atroz crimen que se suma a una larga lista de agresiones donde las vidas de líderes y comuneros de este pueblo han sido cegadas y sus comunidades desplazadas, en medio de los embates de una guerra ajena. Rechazamos la permisividad de las fuerzas militares que no actuaron para protegerlos, pudiendo hacerlo como es en su deber constitucional, e instamos a acciones inmediatas por parte del Estado Colombiano para que atienda a la comunidad Awá, hoy herida y sitiada, y garantice sus derechos y vida.
Abrazamos al pueblo Awá sabiendo que, a pesar del permanente sacrificio humano, sus luchas por la pervivencia no serán derrotadas. Sus bastones de dignidad continúan en alto, como el compromiso con el territorio, la vida y la libertad, principios inalienables e innegociables de la esencia del ser “Inkal-Awá”.
Asociación para la Promoción Social Alternativa Minga
Julio 6 de 2022