¿Por qué los putumayenses no creen en la paz?, preguntaba hace ocho días un alto diplomático ante el escepticismo de los participantes en un Encuentro de Paz en el municipio de Puerto Asís. La pregunta es obvia, teniendo en cuenta los dos años de negociación entre el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC en la Habana. Sin embargo, basta con echarle un vistazo a los acontecimientos de los últimos dos años en la zona conocida como el Corredor Puerto Vega – Teteyé, para entender por qué los putumayenses no creen en el discurso oficial del Presidente Santos, en cambio sí ven cómo todos los días el gobierno nacional azuza la guerra y la explotación de recursos de manera desmedida, contradiciendo su mismo discurso.
En el corredor en mención, en el municipio de Puerto Asís, las comunidades y organizaciones sociales (indígenas y campesinas) se vienen movilizando hace varios años para reclamar atención del gobierno nacional, exigir respeto por los derechos humanos y poner freno a la contaminación y destrucción ambiental generada por la empresa petrolera Consorcio Colombia Energy, que actualmente explota cerca de 25 pozos, a pesar de que tiene licencia para explotar 39. Paralelamente a esas luchas, las organizaciones sociales como ACSOMAYO, exigieron al gobierno nacional poner freno a la ampliación de la licencia ambiental para dicho Consorcio, pues si no cumplieron con los compromisos de la licencia 0937 de 2009 (modificada por la Resolución 1930 de octubre de 2010), no era conveniente ampliarla.
Para ello, recurrieron a los procedimientos normativos, en especial la solicitud de una Audiencia Pública Ambiental que se realizó finalmente el 31 de enero del 2014 convocada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA, donde las cerca de 60 intervenciones que hubo le sustentaron a un auditorio de 2.000 personas, con la presencia de delegados del gobierno nacional y regional y de la empresa Energy, por qué no era viable ampliar la licencia ambiental para un proyecto que había demostrado en la práctica su irresponsabilidad social y ambiental.
Muy contrario a lo esperado por las organizaciones sociales, el ANLA respondió positivamente a la solicitud de la empresa petrolera y amplió la licencia ambiental a través de la Resolución 0551 de mayo del 2014, según la cual, la empresa podrá intervenir en cerca de 13 mil hectáreas, triplicando la capacidad destructiva que tiene actualmente. La reacción de las organizaciones fue de indignación e incredulidad. Con una dosis mayor de desconfianza en la institucionalidad, pero haciendo uso de algunos recursos jurídicos, ACSOMAYO presentó un recurso de reposición frente a la Resolución, mientras las comunidades decidieron irse a un paro, pues no aceptan la licencia de ninguna manera. Es una postura que el conjunto de las organizaciones sociales del Putumayo comparten al coincidir desde diferentes territorios en la exigencia de una moratoria petrolera, dada la intensiva expansión de las actividades sísmicas que en estos años se realizan en todo el departamento.
En medio de reuniones con funcionarios de bajo nivel, que son quienes el gobierno nacional envía para apaciguar los ánimos permanentemente en el Putumayo, y siempre con las manos vacías ante tanta reivindicación de derechos; el 10 de julio se inició el paro campesino y comunitario en el Corredor Puerto Vega – Teteyé. La respuesta inmediata del gobierno nacional fue militarizar la zona con importantes contingentes de Ejército y ESMAD, que desde entonces no han parado de agredir, reprimir, gasear, maltratar, estigmatizar, señalar y hacerles empadronamiento fotográfico a esas comunidades indígenas y campesinas.
Actuando a su modo y sin medir consecuencias ambientales, sociales y económicas, además de afectar la vida misma de las comunidades y lejos de resolver este conflicto eminentemente social, las FARC inician un ataque sistemático contra el transporte del crudo y durante varios días provocan el derrame de miles de barriles de petróleo de los carros tanques, generando una crisis ambiental de grandes proporciones.
La respuesta automática del gobierno nacional estuvo en cabeza del Ministro de Defensa, quien visitó a Puerto Asís el día 26 de julio y ante las autoridades locales presentó el gran paquete para solucionar los problemas de la región: dos Batallones de Fuerzas Especiales para el Corredor, las cuales serán instaladas en el Palmar y en Puerto Vega; un Batallón Antinarcóticos, una Brigada Antiterrorismo, el ESMAD permanentemente, Policía Judicial, Fiscalía Especializada, helicópteros blindados y las tanquetas necesarias.
Con estas medidas, el gobierno nacional deja claro que su política para solucionar los problemas sociales, económicos y ambientales, vehementemente reclamados por las comunidades, es incrementar el accionar militar y de paso, azuzar el conflicto. De esta manera contradice su búsqueda de paz o al menos, la superación del conflicto armado, para lo cual se requeriría bajarle el tono a la confrontación armada, atender las necesidades de los campesinos e indígenas que mueren de hambre y olvido, replantear la política indiscriminada de explotación de recursos naturales, fortalecer la institucionalidad política como garante de los derechos, entre otros.
Así las cosas, la situación humanitaria del Corredor Puerto Vega – Teteyé es cada vez más crítica, con un sustancial incremento del pie de fuerza que abusa del poder, reprimiendo con fuerza desmedida a los habitantes de esos territorios. A ello se suma el cierre de las escuelas desde hace 40 días, la escases de alimentos, las limitaciones para la movilidad, el desplazamiento forzado de familias hacia diferentes zonas y la radicalización de las posturas políticas de los actores en contienda, que ha llevado incluso, a tumbar los puentes vehiculares y peatonales.
Por ahora no se ha escuchado el interés del gobierno nacional, distinto al Ministerio de Defensa, de hacer presencia en el territorio y darle un tratamiento diferente a los problemas estructurales de un departamento que ha sido laboratorio de Guerra y ahora, debería ser laboratorio de Paz.
Bogotá, agosto 23 de 2014
Putumayo: ¿Cuál Paz? El Gobierno hace presencia con Guerra PDF