Durante 35 días de caminata intensa, enfrentando el esfuerzo físico que implica el caminar por el territorio colombiano, entre subidas, bajas y planicies, Oscar Ortiz, indígena de la comunidad Awá de Nariño, ha buscado llevar por 12 departamentos del país un mensaje contra la injusticia, dice él “la injusticia que nos mata a todos”.

Oscar, líder social, experto en pueblos indígenas, derechos humanos, gobernabilidad y cooperación internacional, ha llegado a Bogotá luego de salir de Pasto el día 15 de septiembre del presente año, en una ruta que lo llevara hasta la Guajira. Durante su recorrido él, con un temple contagioso busca mostrar no solo a sus hermanos indígenas sino también a todos los colombianos, los diversos atropellos a los que somos sometidos.

Aunque su comunidad ha sido una de las más violentadas en los últimos años, Oscar ha decidido hablar no solo por ellos, no solo por los indígenas Awá que por habitar la selva son victimas frecuentes del actual conflicto armado, si no hablar por todos; por los indígenas, por los colombianos, pero también por una América latina y un mundo que sufre indistintamente de la injusticia, habla por los discriminados, por quienes no pueden hablar.

Este caminante por la justicia, que se lleno de valor para poder salir a las carreteras a marchar por una causa que no solo le atañe a él, está convencido de la necesidad de aunar esfuerzos como seres humanos para repudiar los hechos que atentan contra los habitantes del mundo, cualquiera que sean estos hechos, pero siempre bajo el manto de la legalidad y la paz.

La marcha, que terminará con la llegada de Oscar a la Guajira, busca además de rechazar la injusticia, reclamar el cumplimiento de los derechos humanos, alentar a las diversas comunidades indígenas a luchar por su dignidad y unir a más y más personas que quieran luchar por la construcción de un nuevo modelo de estado incluyente.

Este hombre, alimentado por la fuerza que le da el venir de la selva y haber superado una a una las diversas dificultades que se le han presentado en la vida, sigue su camino, soñando con sentar precedentes con cada uno de sus pasos, imaginando un mundo mejor, donde la vida sea lo primordial, donde la vida sea respetada y sea lo primero.