Proclama final – CXAB WALA KIWE escrito por Mujeres caminantes de la palabra en defensa de la vida y autonomía de nuestros pueblos. SOMOS LAS MUJERES LIBRES Y DIGNAS.

Somos los trabajadores y las trabajadoras, Somos los corteros de caña y sus compañeras, Somos los campesinos y las campesinas, jornaleros y cosecheras,Somos la gente hija de la tierra, Somos los pueblos indígenas y las mujeres indígenas, Somos los descendientes de africanos que nos estamos liberando, Somos los otros, las otras, quienes desde la diversidad sexual hacemos democracia.

Las mujeres indígenas del Norte del Cauca, en el “Primer Encuentro de Mujeres Indígenas en Resistencia por la Pervivencia y Autonomía de los Pueblos.

Tejiendo la palabra y la memoria.” en la comunidad de Bodega Alta, Resguardo de Huellas municipio de Caloto, acompañadas por mujeres y hombres indígenas y de organizaciones sociales del departamento del Cauca, de Colombia, por nuestros hermanos y hermanas de Perú, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Paraguay, México, así como de organizaciones y organismos internacionales de solidaridad; nos reunimos para juntas y juntos reconocer y hacer visible el aporte de las mujeres indígenas a la resistencia y pervivencia de los pueblos, así como de otras mujeres y organizaciones constructoras de paz. Para denunciar la situación de las mujeres en el marco del conflicto armado y construir caminos desde las voces y vivencias de las mujeres que permitan recuperar la armonía en nuestros territorios.

Reafirmamos nuestros sueños de un territorio autónomo en donde sea posible estar bien en una relación armónica y respetuosa con todos los espíritus y seres con los que compartimos esta gran casa, en donde mujeres y hombres indígenas, afrocolombianos y campesinos, unidos y en la diversidad, caminemos en libertad por nuestros territorios.

Evidenciamos y tenemos que denunciar que en nuestro territorio el proyecto de muerte, que se expresa de múltiples formas en nuestras vidas y territorios, nos está segando la risa y la alegría de vivir, tal como lo expresaron las mujeres en múltiples testimonios que hemos escuchado en estos días de encuentro.

Hoy asistimos a una nueva forma de colonización, nuestros territorios, nuestros ríos, nuestras montañas, nuestros conocimientos son vistos como mercancías. Hectárea por hectárea ha sido subastada a las transnacionales minero-energéticas. El modelo económico del país se basa en la gran minería y explotación petrolera, “nueva locomotora del desarrollo”. Toda la violencia política oficial se asocia íntimamente con el avance de las transnacionales en nuestros territorios.

La militarización del territorio a partir de las estrategias del Estado colombiano y la presencia de la insurgencia ha generado una ocupación permanente que nos afecta contaminando nuestros sitios sagrados, afectando nuestros ciclos armónicos de producción así como poniendo en peligro el plan de vida comunitario del pueblo Nasa y las iniciativas propias de organización de las comunidades afro descendientes y campesinas que comparten el territorio del norte del Cauca.

En los últimos años se ha intensificado el conflicto armado y se ha generado graves violaciones al DIH y los derechos humanos. En el año 2010 en el norte del Cauca se presentaron 339 hechos violatorios a los derechos humanos y colectivos e infracciones al DIH. En lo que ha trascurrido del año 2011 se han presentado 10 homicidios, 1 accidente por munición sin explotar, 8 amenazas, 8 heridos de los cuales 3 son menores de edad y dos de ellos mujeres .

Denunciamos que nuestros niños y las niñas están en riesgo, en los dos últimos años 12 niñas fueron reclutadas forzadamente por grupos ilegales, 9 niños y niñas resultaron heridos, 1 joven retenido de manera forzada, 4.734 menores se les vulnero el derecho a la educación debido a los enfrentamientos armados.

Si bien el conflicto armado nos afecta como pueblo, las mujeres sufrimos diversas formas de violencia específicas, somos víctimas violaciones sexuales, desplazamiento forzado, asesinatos, afectación por minas, reclutamiento forzado, amenazas, frente a estos casos hay total impunidad. Por eso decidimos hoy romper el silencio, para exigir de manera colectiva como mujeres indígenas, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Como consecuencia del conflicto armado, cada año aumentan el número de víctimas mujeres en el norte del Cauca: En la última década 26 mujeres han sido asesinadas. Solo en el 2010 fueron asesinadas 6 mujeres y en lo que ha corrido del 2011 dos mujeres han sido asesinadas, una ha sido desaparecida forzadamente, y dos niñas han sido heridas por actores armados.

A nivel del Cauca, la violación a los derechos de las mujeres es bastante grave. En lo corrido de 2011, se han incrementado los casos de amenazas y persecución a lideresas y organizaciones de Mujeres. Igualmente, la modalidad de asesinatos a mujeres a manos de sicarios se incrementa, producto de la re-paramilitarización del departamento. Con tristeza denunciamos el incremento de las violaciones a mujeres por distintos actores armados. Igualmente, vemos con preocupación que el 80% de los casos de violación a mujeres son cometidos por familiares y conocidos y más del 60% de las afectadas son menores de 14 años.

Denunciamos como un crimen de guerra que muchas mujeres especialmente niñas y jóvenes han sido víctimas de violencia sexual por parte de actores armados, tanto la guerrilla como la fuerza pública violentamente disponen del cuerpo de las mujeres como una forma de imponer su control dentro del territorio y agredir a todos los pueblos.

Denunciamos que los actores de la guerra se relacionan sexualmente con niñas menores de 14 años. Por otra parte como una estrategia perversa, al momento de asesinar mujeres, las violentan sexualmente como una forma brutal de generar terror y mensaje acallamiento para todas las mujeres del territorio y la organización.

Son muchos los casos pero de manera emblemática denunciamos, rechazamos y repudiamos el asesinato de la niña Aleida Campo de 14 años, que el día 17 de Noviembre de 2008 fue objeto de violencia sexual, tortura y homicidio por parte de las FARC Y el casos de Luz Amparo Chagüendo Ipia quien fue ejecutada extrajudicialmente el 29 de mayo de 2008 por el Ejército Nacional, son grandes pérdidas para sus familia, así como para el conjunto del Pueblo Nasa.

Vivimos en medio de una guerra que nos arrebata a nuestros hijos e hijas, nuestros compañeros, padres y hermanos; una guerra que nos obliga a vivir en medio de la zozobra de la confrontación armada permanente, una guerra que vulnera derechos fundamentales como el derecho a la alimentación, a la educación, a la salud, a una vida libre de violencias, por lo que alzamos nuestras voces y rompemos el silencio para EXIGIR:

El cese inmediato de la confrontación armada en nuestros territorios y en el país

Salida política al conflicto.

Diálogos regionales de paz.

La construcción e implementación de una política pública para mujeres indígenas que sea construida a partir del pensamiento y propuestas de las mismas mujeres. Realización de procesos de Verdad, Justicia y Reparación integrales acordes con particularidades y necesidades de las mujeres y que brinden garantías de restitución de derechos y de no repetición. También, como mujeres estamos decididas a seguir tejiendo la vida y por eso proponemos y reafirmamos las siguientes acciones:

Las mujeres seguiremos trabajando en Minga junto con otros sectores sociales y populares, por ello caminaremos hacia un gran Congreso de Mujeres que nos permita tejer propuestas y acciones para a la construcción de la paz. Liderar una gran campaña de recolección de firmas en nuestros territorios por el derecho a la paz, para exigir al gobierno y los diferentes actores que la paz como un derecho de los colombianos y colombianas y la urgencia de una salida política al conflicto que vivimos. El programa mujer, la Tulpa de las mujeres indígenas y el territorio y todos los espacios que fortalezcan la participación política de las mujeres, se potenciaran y seguirán apoyando desde la organización indígena y nuestras autoridades. Es fundamental, la constitución de una comisión jurídica de documentación y seguimiento de casos de violación de derechos a las mujeres, pensada, sentida y construida desde el corazón de las mujeres indígenas. Este es un aporte para caminar hacia un real proceso de Verdad, Justicia y Reparación y garantías de no repetición.

Es urgente poner en funcionamiento los tribunales de los pueblos para la verdad, la justicia y la reparación frente a las violencias basadas en género. En el caso de las comunidades indígenas, fortaleceremos nuestros propios tribunales como el Nasa Uüs. A nivel de los territorios indígenas trabajaremos junto con las autoridades propias para dinamizar las rutas de acompañamiento integral para situaciones de violencia sexual e intrafamiliar hacia las mujeres, niños y niñas indígenas.

Trabajaremos por garantizar la participación e incidencia de las mujeres y exigir nuestros derechos y los de nuestros pueblos consagrados en el Auto 04, auto 092, así como los procesos de consentimiento libre e informado para los proyectos que afectan nuestro territorio, autonomía y pervivencia. Es una prioridad la construcción e implementación de la “Cátedra de paz y resistencia” que fortalezca la educación de niñas, niños y jóvenes a través de los Proyectos educativos Comunitarios.

Convocamos a un gran levantamiento y movilización de las mujeres en contra de la guerra y por la paz. En este caminar no hemos estado solas, con nosotras están también los pueblos originarios del gran Abya Yala, porque hemos entendido que los mismos problemas nos afectan a todos y todas, por eso nos solidarizamos entre pueblos, y reafirmamos la construcción de la paz como la única forma de garantizar la vida de nuestra madre Tierra y de nosotras y nosotros con ella. Con la fuerza de la madre tierra, con los espíritus de la naturaleza, con la dignidad de nuestras comunidades y autoridades, unidas con todas las organizaciones de mujeres y con todos los sectores sociales y populares que convencidos de cambiar la historia seguimos en Minga de Resistencia, ratificamos que: “No habrá paz para Colombia si no hay paz para todas las mujeres, y no habrá paz para las mujeres si todos los colombianos y colombianas no tenemos paz”.

Caloto, Cauca, 24 de Junio de 2011

Organizaciones que respaldamos esta declaración:

Consejo Regional Indígena del Cauca
Cxhab Wala Kiwe- Asociación de cabildos indígenas del Norte del Cauca ACIN
Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC y regionales indígenas acompañantes.
Ruta Pacífica de las Mujeres
Organización Manos de Mujer del Tolima
Organización Femenina Popular OFP
Resguardo de Caño Mochuelo de Casanare, Colombia
Almáciga Colombia
ILSA
CODACOOP
Red Nacional de Mujeres
Corporación Tabaco
Asociación Minga
Semilla del Sur- Chiapas México
ASDECO y Asociación Mya Ukub bé de Guatemala
Instituto quichua de biotecnología Sacha supai de Ecuador
AIDESEP de Perú
CEFREC de Bolivia
Confederación Nacional de mujeres indígenas originarias y campesinas : “Bartolina Sisa” de Bolivia
Federación por la autodeterminación de los pueblos indígenas de Paraguay
Alternativa, ACSUD- Las segovias de (País Valencia)
Almáciga España
Gloria Flórez, Parlamento Andino
Mugarik Gabe del país Vasco
Acción permanente por la paz
Delia Pinto, Comunidad Andina de Naciones.
Y demás organizaciones acompañantes.