En resistencia a las continuas agresiones, en el año 2009 surge la Minga Humanitaria por la vida y la dignidad del pueblo indígena Awá. Desde esa fecha, ellos se han mantenido con los bastones en alto,  acompañados por otros pueblos que se han unido para recorrer el territorio en defensa de su identidad cultural: el ser reconocidos y comprendidos como indígenas.

A partir de entonces, los Awá han utilizado la palabra y el caminar de manera pacífica y manifiesta con el fin de llamar la atención del gobierno colombiano, representado en las instituciones civiles y militares, de la insurgencia de las FARC y ELN, como de las llamadas “BACRIM”, así mismo de la comunidad nacional e internacional, exigiendo la obligatoriedad del cumplimiento y respeto de sus derechos, pero aun así las violaciones continúan.

En el periodo trascurrido del 2005 al 2014 y de acuerdo con los datos de la Asociación MINGA, el pueblo Awá de Nariño representado en las organizaciones indígenas CAMAWARI y UNIPA han sufrido 28 eventos de accidentes por minas antipersonal, dejando un saldo de 76 muertos, entre adultos, jóvenes y niños. El más reciente caso sucedió el pasado 27 de enero en el resguardo Hojal la Turbia del municipio de Tumaco. Y las cifras de otras agresiones son aún más altas. Solo en 2012 se registró un número de 945 indígenas Awá víctimas de desplazamiento forzado, 845 sometidos a confinamiento, de estos, 336 son niños y 26 mujeres en estado de embarazo.

Aunque los derechos de esta comunidad fueron reiterados por la Corte Constitucional de Colombia en la audiencia de seguimiento a los Autos 004 de 2009 y 174 de 2011 realizada el 9 de septiembre de 2013, el pueblo Awá es actualmente el más amenazado entre los 34 pueblos indígenas del país que se encuentran en inminente riesgo de extinción física, cultural y espiritual.

Insistentemente  la Corte Constitucional ha expresado su preocupación frente a la falta de voluntad política de los dos últimos gobiernos colombianos, ante el  incumplimiento de las medidas de urgencia de carácter inmediato, necesarios para mitigar los riesgos y peligros que sufre este pueblo indígena, en el contexto de un complejo conflicto sociopolítico, que afecta el desarrollo de sus diferentes actividades tradicionales, organizativas y públicas.

Mientras tanto, los indígenas Awá continúan de buena fe, esperando el cumplimiento de dichas sentencias. Lo hacen en medio de un alto grado de amenazas, de desplazamientos forzados,  de homicidios y de accidentes ocasionados por minas antipersonal. Esperan mientras sus derechos siguen siendo violentados por los distintos actores armados que hacen presencia en sus territorios. Pueda ser que no pasen por la experiencia del “coronel” en la novela de García Márquez.

Es decir, el destino del gran pueblo Awá, no lo está determinando su cultura, cosmovisión y planes de vida, como es su apuesta. Por el contrario, es la perversidad de un establecimiento con agenda y discurso doble el que les determina su vida. Mientras instituciones como la Corte Constitucional no cesa en producir jurisprudencia y autos para la protección y preservación de su integridad como cultura; el gobierno nacional juega con sus derechos y simplemente no cumple sus obligaciones constitucionales y legales, sin importar cómo un pueblo indígena, que debería ser orgullo y patrimonio nacional, se va extinguiendo en medio de la guerra, la pobreza y la marginalidad.

Asociación para la Promoción Social Alternativa MINGA

Enero 31 de 2014