Paz territorial, es uno de los calificativos más frecuentes de la coyuntura de paz en Colombia. En sentido común, significaría que la construcción y consolidación de la paz se hará en y desde los diferentes territorios del país, así mismo con los aportes de sus gentes. Así se escucha en el discurso del gobierno nacional y así quedó en el sentir de los acuerdos salidos de la Habana. Ahora bien, esta evocación a la paz territorial también se les escucha a diferentes actores y políticos, incluidas las guerrillas y otros, que desde orillas distintas inciden la búsqueda de paz. En conclusión, se trata de un consenso general.

Sin embargo, en la práctica, cuando se habita en los territorios y profundiza en cómo se está tejiendo esa paz desde allí o cómo se traduce esa búsqueda en la cotidianidad, la realidad es otra. Es el caso del Putumayo, departamento clave para la implementación de los acuerdos y la construcción de la anhelada paz. Allí confluyen todas las condiciones para hacer de este territorio un excelente laboratorio de paz. Se trata de un departamento en donde se expresó con mayor intensidad el conflicto armado, donde se invirtieron inmensos recursos para la guerra, especialmente provenientes de Estados Unidos a través del Plan Colombia; con altos índices de victimización de sus comunidades; donde los cultivos de coca, las fumigaciones con glifosato y las intervenciones extractivistas pintaron el mapa de manchas grises y blancas en medio de la inmensidad verde.

Pero también se trata de un territorio grandioso y resistente donde sus comunidades indígenas, especialmente, al igual que campesinas han aguantado contra todo pronóstico la adversidad y continúan luchando para conservarlo, protegerlo y morir de viejos en él.

Por ello, hoy es importante indagar de qué paz se está hablando en el Putumayo, si lo que allí está posicionado es el enfoque del gobierno nacional, sea a través de los acuerdos de paz alcanzados con las FARC en el proceso de la Habana, o lo plasmado en el actual Plan de Desarrollo “Todos por un nuevo país”, o si por el contrario hay otras concepciones de paz territorial que no se evidencien en el contexto y poco serán tenidas en cuenta a la hora de sacar al Putumayo del ostracismo en que se encuentra.

Para tener más claridad de los diferentes sentires de la construcción de paz en el Putumayo, la Asociación MINGA realizó un recorrido por diferentes comunidades del Alto, Medio y Bajo Putumayo, para indagar desde sus entrañas, sus saberes y cosmovisiones, qué significa la paz para ellas, qué implicaciones tiene y qué piensan de la paz propuesta desde el gobierno nacional.

Los resultados son interesantes, por tanto, recogerlos en este documento nos parece útil para contrastar las diferentes visiones de paz territorial, sea la diseñada desde la administración central y la soñada por las comunidades que conocen a profundidad los rigores del conflicto armado.

Así las cosas, este documento da cuenta de varios momentos que reflejan los resultados de la indagación: una introducción que nos ubica en la temática pero también en un contexto histórico del Putumayo, atravesado por diversos fenómenos problemáticos. Un primer capítulo que da cuenta de la pertinencia e importancia a de abordar esta temática en el momento actual. El segundo y tercero, que contrastan el contenido del Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2015 “Todos por un nuevo país”, con las visiones de paz territorial propias del Putumayo. El cuarto, quinto y sexto, muestran los resultados propios de la voz de las comunidades del Alto, Medio y Bajo Putumayo. El séptimo, ya luego de mostrar y contrastar las diferentes visiones, enuncia las tensiones, los retos y desafíos que le esperan al Putumayo para sacar a delante la construcción de paz. Por último, unas conclusiones, que esperamos sirvan para quienes le apuestan por un territorio más incluyente, equitativo, con vida digna y sobre todo, armonizado con la madre tierra.

Esta investigación fue realizada por Cristian Camilo Barrera, para obtener el título de politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y producto de la pasantía realizada en la Asociación MINGA durante el año 2015.

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Visiones de desarrollo en Putumayo