El Congreso de los Pueblos saluda con entusiasmo que el ELN y el gobierno nacional, inicien la fase pública de la agenda pactada el pasado 30 de marzo, dirigida a “suscribir un Acuerdo Final para terminar el conflicto armado y acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad”.

Frente a esta noticia que alegra al conjunto de la sociedad colombiana, reiteramos:

1.    Vivimos un momento de país, en el cual la participación de la sociedad en la construcción de la paz toma mayor fuerza, ya que es necesaria para construir voluntad mayoritaria que lidere los cambios y sume a la democratización del país y de la sociedad. Así mismo, abordar las dinámicas y acciones humanitarias,  contribuirá a detener el derramamiento de sangre y el sufrimiento de las comunidades golpeadas por la violencia. Consideramos que estos gestos deben ser bilaterales, para construir confianzas y ambiente de paz entre las partes y la sociedad. Esto debe permitirnos llegar a un cese al fuego multilateral como garantía para la amplia participación en este proceso.

2.    Cientos de organizaciones sociales presentaremos formalmente la propuesta de un Gran Diálogo Nacional y de una Mesa Social para la Paz como mecanismos amplios y plurales de participación de la sociedad en las negociaciones que han emprendido el gobierno y el ELN, y en la construcción de la paz en general. Estamos ante una oportunidad histórica para suplir los vacíos de la democracia colombiana, vinculando a los sectores marginados, que no han encontrado en el Estado, en las organizaciones sociales, ni en la insurgencia, una representación real de sus intereses y aspiraciones.

3.    Esperamos avanzar con todos y todas, en la concreción de la propuesta, para que el diálogo y la participación incluya desde el principio las voces más diversas y la metodología más incluyente, de forma que sumen al proceso de paz de manera protagónica, decisoria, transformadora y vinculante. La creatividad de la sociedad, estimulada en estas semanas para apoyar los Acuerdos de La Habana, enseñan caminos que deben alimentar esa propuesta de participación amplia y decisoria: Cabildos Abiertos, Asambleas barriales, Mingas de pensamiento, Movilizaciones multitudinarias, Congresos de las organizaciones sociales, sin duda serán parte de ese ejercicio.

4.    Invitamos a los empresarios y sus agremiaciones, a las comunidades basadas en la fe y los centros de investigación, a los partidos políticos y gobiernos locales y regionales, artistas, intelectuales y académicos, para que se sumen a esta iniciativa. Es claro que un diálogo transformador solo será posible si todos los actores sociales –muchos de ellos enfrentados en sus intereses y enfoques de país– compartimos un espacio local y nacional de diálogo y búsqueda de acuerdos.

5.      Consideramos que la apertura del diálogo en el seno de la sociedad colombiana puede contribuir para refrendar y arropar de manera amplia los Acuerdos de La Habana. Y sobre todo para abordar los puntos que no fueron tratados y que son claves para garantizar una paz estable y duradera, identificados en las llamadas salvedades.

Bogotá, D.C. Octubre 10 de 2016.