“Los Héroes en Colombia Si Existen”. Claro que sí, pero en las vallas publicitarias del Ejército Nacional de Colombia que crea héroes de enunciado y de imagen, tan grandes como ellas e inofensivos en las mismas.Las vemos en instituciones estatales como el Ministerio de Defensa, en las carreteras de Puerto Boyacá, Becerril, Cesar, Santa Ana, Putumayo y demás lugares del país que se encuentran inundados por la campaña.

Encargados de defender la soberanía, la independencia, el territorio y la población civil, son, solamente,  héroes de campaña publicitaría: cuan producto del mercado global que se empaca, se publicita y se vende. Héroes del libre comercio, producto de oferta y demanda en campaña de marketing, bautizada y publicitada por los medios masivos privados y oficiales de comunicación, entre ellos Caracol del Grupo Prisa y RCN de la Organización Ardila Lulle.

Significantes y significados del maquillaje, rostros pintados con turbantes, cascos y que apeados a orillas de las carreteras levantan el dedo pulgar, símbolo de corazón grande, de buen viaje o bienvenida, lenguaje velado del negocio de la guerra, con mejores condiciones para el mercado global y mayor detrimento en respeto de derechos humanos e impunidad.

Son héroes para defender la soberanía neoliberal, lejos de nuestra infalible  independencia e integridad territorial. Lejos del sentido humano de Antígona, de Bolívar, de Martí, de Gandhi y  Mandela, entre otros.

Los héroes de las vallas, según ellas mismas,  se animan y cobran movimiento al llegar a los escenarios de conflicto en los diferentes territorios de Colombia, cuando afrontan las realidades cotidianas de la confrontación y el combate: a la guerrilla, a los cultivos de coca, el narcotráfico  y,  con todo el cinismo, contra la indefensión de la población civil.

Ante esto,  imagen y maquillaje se corren y se desvanecen creando héroes villanos, excediéndose en el poder de la fuerza, convirtiéndose en máquinas de guerra que amenazan, desplazan, ultrajan, golpean, bombardean, ejecutan extrajudicialmente,  capturan ilegalmente y torturan. Así actúan los héroes villanos en Catatumbo, Putumayo, Arauca, Nariño, Cauca y demás  regiones de Colombia.

A este tenor, los héroes  intervienen legal e ilegalmente la comunicación de particulares y de personalidades de la vida pública. De igual forma, en el campo, en la vereda y el caserío, los héroes villanos levantan el dedo para accionar el gatillo del fusil, la ametralladora, el pin de seguridad de la granada, el botón que acciona desde un avión la descarga de bombas. También lo hacen para señalar, estigmatizar y hacer firmar bajo constreñimiento el buen  uso de la fuerza.

Estos Héroes villanos no son los únicos maquillados, así lo ha mostrado la historia. Están los otros, los que han levantado la voz en discursos presidenciales, como lo hizo Belisario Betancur inundado de paz en un discurso: No quiero que se derrame una sola gota más de sangre colombiana de nuestros soldados abnegados, ni de nuestros campesinos inocentes, ni de los obcecados, ni una gota más de sangre hermana, ni una sola gota más de sangre colombiana”, para, acto seguido, permitir que ocurriera el holocausto del Palacio de Justicia.

Igualmente lo hizo el actual  Presidente Juan Manuel Santos en una  intervención pública cuando dijo: “A la paz llegaremos por la razón o por la fuerza”. ¡Ahí están pintados!, los héroes  villanos en Colombia, si existen.

Hugues Arévalo

Asociación MINGA