SOLIDARIDAD CON LOS PUEBLOS INDIGENAS DE COLOMBIA

Los hechos ocurridos el pasado 9 de julio en los territorios indígenas del norte del departamento del Cauca, y especialmente el  ataque de las FARC con una “chiva-bomba” en la cabecera municipal de Toribío en pleno día de mercado que produjo 79 heridos y 2 personas fallecidas de la población civil, así como un muerto y tres heridos de la policía, no pueden repetirse.

La confrontación armada entre guerrillas y Fuerza Pública en los territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos, y la degradación del conflicto armado interno en Colombia que se reflejan en éste tipo de actos indiscriminados, tiene sus mayores impactos en la población civil, que debe ser protegida y excluida de toda acción armada en aplicación al Derecho Internacional Humanitario.

Desde mi condición de Defensora de los Derechos Humanos y de Parlamentaria Andina, rechazo vehementemente estas acciones, exigiendo de los actores armados el respeto a la población civil y, el reconocimiento a la autonomía de los territorios y autoridades indígenas. Insto al Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos a no tomar  medidas violatorias al Derecho Internacional Humanitario como la destrucción de las casas de la población civil que sean usadas por la guerrilla para atacar a las Fuerzas Militares.  Los actores armados nunca piden permiso para apropiarse de los bienes de la población civil. Esa medida victimiza aún más a las víctimas inocentes del conflicto armado.

El Movimiento Indígena del Cauca y de Colombia ha planteado la búsqueda de escenarios de dialogo que contribuyan a soluciones distintas a la militarización y a la guerra en sus territorios, han declarado sus tierras autónomas como Territorios de Paz, y promueven la búsqueda de una salida política y negociada al conflicto armado en Colombia.

Me comprometo como Defensora y Parlamentaria Andina  a apoyar la agenda de los pueblos indígenas y a convocar a las fuerzas sociales y políticas de Colombia y América Latina a trabajar por la protección de la vida y existencia de los pueblos indígenas, y la construcción de una paz duradera para todas y todos los colombianos.

Bogotá D.C. Julio 11 de 2011