Tejedoras de vida

Mujeres campesinas nariñenses del Comité de integración del Galeras -CIGA- articuladas al comité de Integración Social del Macizo Colombiano -CIMA- y el Coordinador Nacional Agrario -CNA-, apuestan por la eliminación de todo tipo de violencia contra las mujeres y el cuidado y defensa del territorio desde su empoderamiento y participación en la toma de decisiones y escenarios de poder popular. Desde Sandoná, Nariño, Margarita Rodríguez, madre, artesana y lideresa campesina y comunitaria, evidencia las luchas que impulsan desde la economía propia, la recuperación de la identidad y prácticas del campesinado, la soberanía alimentaria mediante huertas revueltas y la defensa de los bienes de la naturaleza, como el agua, afectados, entre otras, por grandes proyectos de infraestructura.

Margarita Rodríguez 

La mujeres de Nariño afectadas históricamente por diversas violencias, se han venido articulando desde procesos locales al Comité de Integración Social del Macizo CIMA y al Coordinador Nacional Agrario CNA, en los cuales avanzan colectivamente en la apuesta de promover la participación de las mujeres campesinas como lideresas de experiencias de paz y vida digna.

En diversos escenarios de encuentro, formación e intercambio de saberes y experiencias, las mujeres campesinas han buscado estrategias de fortalecimiento como una forma de aportar a la transformación de sus realidades signadas por el yugo capitalista y patriarcal que les impone mayores desventajas sociales, económicas y culturales. Así, han visto la necesidad de adelantar luchas por su incidencia, participación, soberanía alimentaria, economía propia y prácticas autónomas, la defensa del territorio, el autoestima, cuidado y autocuidado así como sus derechos y mecanismos de acción ante las diversas violencias que viven.

En ese marco, Margarita Rodríguez, una mujer madre, abuela, campesina, artesana, lideresa comunal y comunitaria y defensora del agua; nos cuenta desde Sandoná, Nariño, cómo se viven dichas luchas en la cotidianidad. Sin soltar su tejido de iraca, con el cual ha podido ganar independencia económica y con ello autonomía y facilidades para sí misma y su familia, nos comparte su experiencia de formación como lideresa social en el Comité de Integración del Galeras -CIGA-, con el cual, hace años camina en defensa de las mujeres, sus derechos y sus territorios.

En el capítulo tejedoras de vida, protagonizado por Margarita, también podemos ver la propuesta de Huertas revueltas que se viene implementando especialmente en el norte y centro de Nariño, en los municipios de incidencia del CIGA y el CIMA, en seguimiento de las apuestas de soberanía alimentaria, economía propia y cuidado del territorio que confluyen en la búsqueda amplia de consolidación de Territorios Campesinos Agroalimentarios –TECAM-; “una forma autónoma y autogestionada de construir paz y ordenar territorios acordes a las necesidades y aspiraciones del campesinado, utilizando la tierra principalmente para la producción de alimentos; producción acompañada de la preservación, el cuidado del agua, sistemas productivos ecológicos, y otros aspectos ancestrales que son fundamentales para la idiosincrasia campesina.” (CNA Colombia)

Por último, en esta entrega de la serie Historias desde el sur, defendiendo la vida y el territorio, conoceremos la disputa de la comunidad de Sandoná y municipios aledaños, ante la obra de infraestructura que puso en riesgo el acuífero conocido como La Cernidera, el cual fue defendido por la población campesina que mantiene su compromiso con la defensa del agua en sus territorios. 

En el capítulo tejedoras de vida, protagonizado por Margarita, también podemos ver la propuesta de Huertas revueltas que se viene implementando especialmente en el norte y centro de Nariño, en los municipios de incidencia del CIGA y el CIMA, en seguimiento de las apuestas de soberanía alimentaria, economía propia y cuidado del territorio que confluyen en la búsqueda amplia de consolidación de Territorios Campesinos Agroalimentarios –TECAM-; “una forma autónoma y autogestionada de construir paz y ordenar territorios acordes a las necesidades y aspiraciones del campesinado, utilizando la tierra principalmente para la producción de alimentos; producción acompañada de la preservación, el cuidado del agua, sistemas productivos ecológicos, y otros aspectos ancestrales que son fundamentales para la idiosincrasia campesina.” (CNA Colombia)

Por último, en esta entrega de la serie Historias desde el sur, defendiendo la vida y el territorio, conoceremos la disputa de la comunidad de Sandoná y municipios aledaños, ante la obra de infraestructura que puso en riesgo el acuífero conocido como La Cernidera, el cual fue defendido por la población campesina que mantiene su compromiso con la defensa del agua en sus territorios. 

 

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